Por lo tanto, si la verdad más profunda de Dios es que Él es una Santísima Trinidad de amor, tú
y yo estamos creados a imagen del amor mismo. El sentido de la vida es, ultimadamente el
amor. Presta atención a este punto aquí. Permítanme decirlo de nuevo, el sentido de la vida es
el amor. No es más dinero o una casa más grande. No se trata de un mejor trabajo o botellas
de alcohol. No se trata de placer corporal o belleza. El significado de la vida no es una
camioneta más grande con llantas más grandes. No estamos hechos para esas cosas.
Estamos hechos para el amor. Por eso, no importan cuantas pertenecías tengamos o el dinero
que ganemos, siempre estaremos hambrientos.